
Tributo a Nadia Boulanger
Parte I
Jean Françaix, Trío de cuerda en Do Mayor
I. Allegretto Vivo
II. Scherzo
III. Andante
IV. Rondo Vivo
Igor Stravinsky, Tres piezas para cuarteto de cuerda (1914)
Aaron Copland, Movimiento para cuarteto de cuerda
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Parte II
Gabriel Fauré, Quinteto con piano num.2 en Do Menor op. 115
I. Allegro moderato
II. Allegro vivo
III. Andante moderato
IV. Allegro Molto
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Kairós Project presenta el programa “Tributo a Nadia Boulanger” para la temporada 20/21.
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La figura de Nadia Boulanger es venerada por los grandes músicos del siglo veinte. Su figura es fundamental en la transición musical del siglo XIX al XX. Desarrolló una escuela propia y característica, que formó a los mayores talentos musicales de su época, donde ella impartía todas las materias con un único fin; dotar a sus alumnos de los conocimientos necesarios para desarrollar su talento. En el programa de tributo a su figura decidimos presentar 4 de las figuras más importantes de su vida, personal y musical, dos aspectos totalmente unidos en su vida, y a 4 de los compositores que más promovió durante su carrera.
Gabriel Fauré fue para Nadia Boulanger un ídolo, un mentor y un gran amigo. Como profesor en el Conservatorio de París, guió sus pasos durante los primeros años de su carrera como compositora y entablaron una entrañable amistad. La veneración que sentía Nadia Boulanger por su música era enorme, y lo consideraba uno de los más grandes compositores de su tiempo. Es por ello que presentamos una de las obras que más destacaba la propia Boulanger, y que es sin duda una de las grandes obras del repertorio camerístico de Gabriel Fauré, el Quinteto con piano en do menor Op.115 , una obra impregnada del estilo francés, con melodías que fluyen naturalmente, armonías extremadamente ricas y texturas que contrastan en cada uno de los movimientos. Una de las últimas obras maestras del compositor, escrita en 1921.
Jean Françaix era considerado por la propia Boulanger como uno de sus mejores discípulos, sino el mejor. Llegó con tan solo 10 años a su casa de París, donde impartió sus clases toda su vida, y a los pocos días le dijo a su madre “No puedo enseñarle nada de armonía porque ya la conoce. Lo conoce todo. No se bien cómo, debe ser natural a él.“ Admiradora de su talento, tuvo una relación no sólo profesor-alumno, si no de gran amistad con é. Promovió su música y su talento y ayudó a su consolidación como compositor. Admiradora de su carácter también, apreciaba mucho sus conversaciones e ideas. Precisamente su carácter está muy presente en su trío en Do Mayor para trío de cuerdas. Un carácter irónico, aparentemente serio, pero con un sentido del humor desbordante que escondía debajo una gran sensibilidad y sentido común.
Aaron Copland es uno de los grandes alumnos Norteamericanos de Nadia Boulanger, cuya figura para la música es si cabe más destacada aún en la música Estadounidense, debido a su relación con ese país y sus escuelas. Boulanger fundó el American Conservatoire en Fointenebleau, donde impartía clases de música a alumnos principalmente americanos, entre ellos Aaron Copland, quien tras su primer encuentro con Boulanger cuenta como quedó cautivado por su manera de transmitir sus conocimientos y dar nuevos puntos de vista a los alumnos, como nunca habría esperado o imaginado que se pudiera hacer. Gracias a su relación con Nadia Boulanger, Copland tuvo la oportunidad de conocer a compositores tan importantes como Stravinsky o Poulenc y fue publicado por el mismo editor de Debussy. Boulanger le abrió innumerables puertas a Copland. Como él mismo dijo, “nuestra relación era mucho más que profesor - alumno”. Fueron grandes amigos. El movimiento para cuarteto de cuerda de Copland es uno de los trabajos encargados por la propia Nadia Boulanger a su discípulo, y tras años en el olvido fue recuperado y bajo la aprobación del propio compositor, interpretado y publicado.
Igor Stravinsky fue también uno de sus grandes amigos. Ella, gran admiradora de su talento. El compositor de origen Ruso, pasó la mayor parte de su vida fuera de su país natal, y encontró en Nadia Boulanger una mentora, pero también una referencia en su vida, una amiga. Ella fue sin duda la gran defensora de su talento y su música. Con ella discutía sus visiones musicales sobre armonía e interpretación, así como sus obras e ideas. Ideas que sin duda marcaron el devenir de la escritura musical del siglo XX, y los nuevos caminos de expresión dentro de la música. Parte de ese nuevo camino del siglo XX se ve reflejado en sus tres piezas para cuarteto de cuerda, escritas en 1914, y con un estilo que se avanza a su tiempo.
Sin duda, un viaje por los personajes de la vida de Nadia Boulanger, cuya casa en París se convirtió en epicentro de la música del siglo XX. Sin duda, la mujer más relevante de la historia de la música.
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